Waldorf y Montessori: ¿En qué consisten estas pedagogías alternativas?
Cada vez más padres se sienten alentados a practicar estos dos enfoques educativos que hoy en día son muy demandados.
Waldorf y Montessori son las pedagogías alternativas más populares, demandadas y de las que encontramos mayor número de escuelas en todo el mundo. Su enfoque no es el mismo y sus métodos varían, pero tienen valores comunes. Se les llama alternativas ya que utilizan métodos de enseñanza distintos a los tradicionales y el foco de atención cambia: el adulto ya no es el protagonista, sino el niño.
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– Son pedagogías con amplia experiencia curricular: Su eficacia ha sido ampliamente demostrada en las salas de clases de todos los países del mundo, en las que se aplican desde hace décadas. Montessori desde 1907 y Waldorf desde 1919.
– Buscan una educación integral: Ambas defienden que la educación va mucho más allá del expediente académico o de enseñar materias específicas. Respaldan el conocimiento multidisciplinar, que aporte valores y capacidades para toda la vida. Tratan de formar personas, no “alumnos”.
– Es fundamental la autonomía personal: Durante los primeros años se da una gran importancia a la vida doméstica, para que los niños desarrollen su autonomía personal y se puedan convertir en adultos autosuficientes.
– Se cree en la continuidad de la clase y los lazos duraderos: Es importante para estas pedagogías que el educador o educadora establezca lazos duraderos con los alumnos para que su figura pueda ser identificada por ellos y se cree un nexo de unión entre ambos. Por lo mismo, los educadores acompañan a un mismo grupo de niños durante varios años.
– No se trabaja por asignaturas: Tienen proyectos de larga duración que en ocasiones engloban materias muy variadas y en ambientes preparados. Por ejemplo, es frecuente que en una clase el profesor lleve a sus alumnos al huerto y siembren, cultiven, cuiden y recojan los frutos de una planta para aprender botánica, estaciones, el ciclo de la vida, convivencia, el trabajo en equipo, las leyes físicas, la salud, alimentación, etc.).
– No creen en las calificaciones: Para Montessori y Waldorf, una nota no define a un niño ni mide su inteligencia o habilidad. Los controles por lo tanto no son necesarios. Los profesores observan y evalúan el avance de los niños en las actividades que realizan en clases. Sin embargo, si se incentiva a los padres a que trabajen con los niños los conceptos aprendidos en clase mediante el juego y la convivencia familiar.
– Se da gran importancia al juego de calidad en la infancia: Se fomenta el juego libre y poco estructurado sin participación del adulto. Ellos en cambio observan y acompañan al niño e intervienen solo en los casos en que puedan hacerse daño o hacer daño a otro o al entorno.
– Utilizan materiales naturales: Fomentan un mayor contacto con la naturaleza y utilizan materiales como el bambú, la lana, seda, algodón orgánico, evitando el plástico lo más que puedan. Además, no utilizan productos con pilas o baterías para fomentar las destrezas manuales de los niños y desarrollar su imaginación.
Ambas metodologías no anulan la personalidad del niño, sino que tratan de que desarrolle sus capacidades especiales, distintas en cada uno. A Waldorf se le conoce como la filosofía de la libertad y a Montessori como la educación por la paz.