Durante el embarazo el cuerpo de las mujeres se prepara para dar comodidad al feto y el cuerpo se transforma. Algunos de estos cambios son más visibles que otros y cada cuerpo reacciona de distinta manera, pero lo cierto es que el proceso de gestación viene acompañado de transformaciones anatómicas, químicas y fisiológicas que sirven para proporcionar al futuro hijo los elementos necesarios para su desarrollo.

Al clásico aumento de peso y el crecimiento del útero -que irá aumentando de tamaño progresivamente durante los meses- se suman importantes cambios hormonales debido a la producción de progesterona y estrógeno,  pero ¿sabías que el sistema circulatorio, respiratorio, urinario y digestivo también sufren modificaciones?

• Sistema Respiratorio: es normal que durante el embarazo sientas algunas molestias o dificultades menores para respirar, sobre todo por la nariz, porque debido a los cambios hormonales se puede producir una congestión pasajera de la mucosa de la  laringe, la tráquea y los bronquios.

Por otro lado el crecimiento del útero obliga a los otros órganos a reacomodarse y el diafragma no es la excepción.

• Sistema Circulatorio: la sangre de la madre tiene una función fundamental durante esta etapa, ya que es por medio de ésta que se transporta el alimento al feto y a su vez el medio por el cual el bebé elimina todos los desechos. Estos procesos ocurren gracias a un órgano que se crea únicamente para este fin: la placenta.

Por otra parte, el crecimiento del útero dificulta el retorno de la sangre y por esto muchas mujeres tienen tendencia a hincharse y existe riesgo de aparición de varices.

• Sistema Digestivo: este sistema experimenta importante transformaciones que abarcan desde un cambio en el Ph de la saliva de la mujer hasta la reacomodación de los órganos debido al crecimiento del útero.

Debido a la nueva posición que adopta el estómago durante este periodo y el poco espacio que tienen los intestinos, es muy común que las embarazadas sufran de acidez y estreñimiento.