El sueño en un niño de dos años
Como dicen los padres, cada bebé es un mundo aparte, pero hay ciertas características comunes de acuerdo a la etapa del crecimiento que están viviendo y el sueño es uno de estos casos, especialmente entre los dos y los cinco años.
Si bien hay algunos niños que van fácilmente a la cama y no tienen problemas para conciliar el sueño, hay otros a quienes les cuesta más este proceso, pero no por eso hay que angustiarse, más bien te aconsejamos evaluar la situación para identificar las causas de sus trastornos del sueño para así encontrar las mejores soluciones.
Es importante que tengas en cuenta que la resistencia a acostarse es un patrón absolutamente normal en la conducta de un niño y se debe –generalmente– a la conocida “etapa del no”, período en el cual los niños se niegan a hacer lo que se les pide porque creen que así están reafirmando su personalidad.
Para un niño de dos años la rutina nocturna antes de acostarlo es muy importante, por eso la recomendación es seguir una serie de pasos predecibles que le ayuden a relajarse al final del día. Según los expertos el ritual lo decide cada padre, lo importante es que se haga con constancia, prácticamente a la misma hora, en el mismo orden y en el mismo lugar.
Dormir menos horas de las necesarias puede alterar la salud de un niño y tiene directa relación con el bienestar familiar. Es por esto que te dejamos algunos simples pasos para ayudar a que tu hijo se quiera ir a acostar:
- Fijar un horario para ir a la cama
- Repetir la misma rutina todos los días
- Dormir siempre en una ambiente tranquilo y con la luz adecuada
- Limitar la actividad física al menos una hora antes de acostarlo
- Impedir las siestas tardías